19 de marzo de 2009

Un cambalache discursivo

Tocadita de hombro a Eve de Bonafini ... tin tin...
Por si se le olvidó, usted es una de las principales representantes de los derechos humanos en Argentina... lamentablemente. La verdad que leer sus declaraciones en el diario me pararon uno por uno los pelitos del brazo... les refresco... :“¿Cuál es nuestra seguridad con estas vedettes, que son más putas que vedettes, que se atreven a hablar de derechos humanos cuando bailaron y se acostaron con todos los represores? Y si Susana le hubiera acertado al amante que tenía con el cenicero en la cabeza y lo hubiera matado, ¿qué? ¿Habría que haberla matado a ella, entonces? ¿Por qué no piensan en lo que dicen? Porque en vez de cabeza tienen un maní, lo único que tienen son tetas y no son de ellas”, dijo Bonafini. “Estas vedettes tienen el mismo justificativo que tuvieron para matar a nuestros hijos. Decían ‘está bien que los maten, son terroristas’ y ahora dicen que hay que ‘matar a todo el que mata’. Abrámosle la cabeza a la gente, que ven a los pelotudos como Sandro apoyando la pena de muerte. Que no jodan porque cuando mataron a nuestros hijos, siguieron ganando guita y estaban con los milicos”. Por Dios... qué cambalache! ¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra? ¿Para qué se pone a la altura de Susana Giménez y le responde? Sin duda alguna, antes de hablar en un medio de comunicación hay que pensar... te respondo a vos Moria, que el lunes le preguntaste al papa frita de Majul si para hablar había que pensar... claro que hay que pensar... y mucho! Da la sensación que todos hablan y opinan lo que les viene en gana, como si no hubiera nadie del otro lado que los escucha y los lee, y desafortunadamente los toman como líderes de opinión.
No es la primera demostración de falta de mesura en las declaraciones de la Sra. de Bonafini, quien está en todo su derecho de juzgar la mala utilización del término derechos humanos en el discurso arrastrado por la pasión de la diva, por la muerte de su amigo el florista. Pero ya meterse con la vida privada de la Sra. Giménez, si se acostaba con represores o no, lo del quilombo con Roviralta y el cenicero, la verdad no es necesario para el debate.
Echarle nafta al fuego Sra. de Bonafini no ayuda en nada y empeora la situación.
La verdad que prender el televisor o leer un diario se ha vuelto una tarea sumamente peligrosa, como bajarte del bondi y caminar hasta tu casa, o entrar el auto a las 9 de la noche. Uno nunca sabe con qué se puede encontrar...

Hay tanta gente pelotuda con un micrófono en la mano... que da un poco de miedito.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien piu! Una cosa no tiene nada que ver con la otra... y las acusaciones que le hizo de que si se acosto con uno o con otro, no tienen absolutamente nada que ver! Pareciera que a usted, señora de pañuelo y tetas caidas, le anda haciendo falta una de esas revolcadas como las de la diva de los teléfonos! ¿Por qué no usan sus influencias y su poder en los medios para decir cosas más importantes que contar la vida privada de otras personas (que encima la conocemos de memoria!!)...?

sigo enojada dijo...

yo también lo pense: que ganas esta jobata de ponerse a la altura de Susana Gimenez! Que bajo cae, y que lengua de mujer que tiene! Lengua de vieja de barrio, de chismosa... Qué ganas! De esta forma su discurso de "derechos humanos" pierde legitimidad y gana.. que gana? nada señora! Vaya a freir churros por favor...

Jack el Despotricador dijo...

Por un lado tenemos a una vieja que ya está gagá y se la pasa hablando pelotudeces.

Por otro lado tenemos a otra vieja que se pasa la mayor parte del año fuera del país y se maneja con dólares, acá y allá (Es más, no sabe a cuánto está el dólar), y que recién ahora se da cuenta la clase de país que es Argentina.