1 de abril de 2009

Luto

Afortunadamente tuve la suerte de ser una hija de la democracia propiamente dicho, y nací bajo la presidencia de Raúl Alfonsín.
Afortunadamente nací en un país diferente al de los años previos al 83´; en un país que creía en el consenso como el único camino viable para enderezarse y dejar atrás años tétricos, bélicos y autoritarios. Un país que de a poco empezaba a ver la luz, en donde pensar diferente y ver el mundo de otra manera ya no era castigado; un país que totalmente desencantado con el proyecto peronista, encontró en este caudillo radical la salida a la dictadura militar, la transición a algo mejor.
Con más aciertos que errores, Alfonsín sacó adelante un país devastado tanto en lo económico, ni hablar en lo social, e institucionalmente destruido.
Sin dudas fue una reivindicación de que la democracia es lejos, el régimen por excelencia. Su célebre frase haciendo alusión a que con la democracia “se come, se educa y se cura”, sentó las bases del rumbo que empezaba a transitar el país, que después haya agarrado para cualquier lado, eso es otra cosa.
Ojala la muerte del ex presidente ablande el terreno actual de la política e inspire al gobierno de turno, en donde la oposición es un enemigo, en donde pensar diferente es ser golpista, gorila y demás sinsentidos.
Desde acá, un adiós al mayor constructor de la democracia argentina.