8 de agosto de 2011

Una boludita avasallante


Se instauró en mí la disyuntiva de la boludita o la avasallante. Dedo índice agitándose de un costado al otro de mi boca, tratando de visualizar hacia dónde me arrojo. O soy la boludita, que nunca saben de lo que le hablan, que está en las nubes, que deja que el otro sea el mejor parado en la faz de la tierra (y hacérselo creer) dejar que el otro haga todo, es mas flexible, deja pasar mas, es mas dependiente, no se hace cargo de las cosas, no impone programas, le da lo mismo; se deja llevar por el tipo; no maneja el auto ella, lo deja q él maneje; ella baila y mira... entre tantas otras más. La boludita boludeaaaa. O, la avasallante: La que tiene un laburete bastante bien posicionado, es reconocida en lo que hace, tiene un sueldo medianamente bueno, es independiente, vive sola, maneja sus horarios como se le cante la regalada gana, es ácida, deja en evidencia al pelotudo que tiene al frente, no se deja ayudar, los piropos la atoran e inmediatamente le exige a su interlocutor que acabe con esa práctica. No queda expuesta jamás, pero la pasa como el culo; ella es más viva que el resto, claramente. Se ha dado por vencida con los pibes, porque ninguno cumple los requisitos que ella espera. Es consciente de que por ahí es un poco exigente, pero se considera buena mercadería como para desperdiciarla ante el primer accionista que se cruce en el camino. Se divierte con sus amigas, pero le pinta una tarde de domingo de agosto en compañía de alguien viendo una peli. Reconoce el valor de la palabra y el poder que tiene SU palabra... La avasallante, avasalla...

Cuál es la receta? de qué mierrda me estás hablandoo?

Combiná... una pizca de una y un poco de la otra. Identificá a quien tenés al frente y sé inteligente para ser una boludita avasallante...

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