Un año de Louis Vuitton

Hace un año atrás tenía la esperanza, la ilusa esperanza, de que quizás se abrían 10 cm, sólo 10 cm, de posibilidades de cambio. Todo se cagó en marzo, cuando desde la cama de un hospital veía el lamentable rumbo que el país estaba retomando.
Después vinieron los cortes de nafta, los cortes de ruta, el desabastecimiento, la teoría del gobierno de doble comando, la competencia de quién hacía el acto más multitudinario, los dibujos de Moreno, la inflación, los patoteros en Plaza de Mayo y en la Quinta de Olivos, los discursos por Cadena Nacional tres veces por semana, la cachetada del vice a la 125, la boina de la presidenta en Francia durante el acto por la liberación de Betancourt, la primera conferencia de prensa luego de 5 años de hermetismo total, los aportes de la efedrina a la campaña presidencial, el quilombaso de la valija y Antonini Wilson, el discurso de que la crisis mundial no afectaría a la Argentina, la insoportable y resignada inseguridad, el desempleo disfrazado, etc. etc. etc.

En un año, sólo en un año... soldamos la reversa y de a poquito el castillo de naipes, insostenible, comenzó a derrumbarse... de todas formas la esperanza es lo último que se pierde...